Uno, el Chino Laborde, venía armándose su CV como cantor de tango, con la Sans Souci y la Fernández Fierro. El otro, Dipi Kvitko, le ponía guitarra a ilustres voces del género.
Algo más de una década después de su primer encuentro, el dúo va por el tercer volumen deTango Tango, y la idea de una trilogía quedó archivada.
“Puede ser que la primera intención haya sido ésa. Pero ahora creo que el dúo tiene que durar para siempre”, exagera Laborde. “A lo sumo -agrega Kvitko-, puede marcar un cambio. Hasta ahora, hicimos clásicos. Para el próximo, pensamos en hacer cosas nuevas, aunque es todo un desafío”.
¿Por qué?Porque es muy jodido superar lo que se hizo en el Siglo XX, que, vaya uno a saber gracias a qué Dios, nos da a nosotros la posibilidad de jugar con titulazos. El tema con el tango nuevo es complejo.
Por eso, lo que venimos haciendo hasta acá lo hacemos traídos por el respeto por lo que se hizo, porque sabemos que así está bien hecho. Es tango-tango.
¿Eso significa que conviene no intentar nada nuevo? Lo primero que tenemos que hacer -y estamos haciendo- es aprender a tocar tango. El techo del género es altísimo. Incluso el piso lo es. Y darle nuestra visión a esa enorme cantidad de música y poesía que ya hay, es una tarea por hacer, inacabable. No tiene sentido componer por componer.
